Conclusion: Es Dios quien creo el universo, incluidos los seres vivientes

Conclusion

Es Dios Quien Creo El Universo , Incluidos Los Seres Vivientes

La teoría de la evolución, un concepto anticuado del siglo XIX, ha colapsado por completo debido a las realidades científicas actuales. Los darwinistas se quedaron sin respuestas frente a los registros fósiles, los cuales, en la práctica, los aniquilaron.

archaeopteryx

Los evolucionistas intentaron e intentan engañar a la gente de distintas maneras. Por ejemplo, hace muchos años que dicen, como parte de la fábula de la transición de reptil a ave, que el Arqueoptérix es una evidencia de ello. Afirman que éste –con una antigüedad de 150 millones de años– poseía algunos rasgos de reptil y por lo tanto era un “eslabón perdido” entre los reptiles y las aves. Sin embargo, todos los recientes estudios científicos que exhiben que era un ave voladora, invalidan esos supuestos. Por otra parte, los dinosaurios terópodos –llamados antecesores de las aves– son mucho más jóvenes que el Arqueoptérix. Es otra realidad que los evolucionistas intentan pasar por alto.

No pudiendo señalar una sola pieza fosilizada que sugiera la posibilidad de la evolución, recurren a diversas medidas con el objeto de intentar hacer pasar inadvertida la derrota que han sufrido. A veces buscan presentar diversas especies extintas como “formas intermedias”, aunque no haya nada que lo avale. Otras veces –por lo menos para consolarse– echan mano a falsificaciones con el objeto de probar que existió el proceso evolutivo. También recurren a ilustraciones salidas de su imaginación y sin ningún asidero científico para que la gente crea en algo incorrecto. Y las hacen conocer con titulares estentóreos: “¡Se Encontró el Eslabón Perdido!”, “Los Microbios Son Nuestros Ancestros”, “Descubrimientos Actuales Demuestran la Existencia del Proceso Evolutivo”. Es así como se esfuerzan para dar la impresión de que la teoría de la evolución es algo incuestionable.

Estos métodos pudieron tener algún éxito a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando la ciencia y la tecnología eran más o menos incipientes. Pero en el siglo XXI todas esas cosas amañadas exhiben su verdadera naturaleza y los darwinistas quedan desahuciados.

Hoy día hasta los niños pasan a ser conscientes de la inexistencia de la evolución, de lo improcedente de la teoría de que los seres humanos descienden de los monos, de que las estructuras vivientes altamente desarrolladas y complejas no pueden ser explicadas por la teoría de la evolución y de que el darwinismo es el peor fraude en la historia de la ciencia.

Mediante el versículo coránico, "Mienten tanto…" (Corán, 37:151),,Dios nos informa que los incrédulos dieron la espalda a la fe inventando todo tipo de mentiras. Los darwinistas recurren a diversos engaños y supuestos no científicos para rechazar la fe e intentar que la gente se aparte de los valores morales y religiosos.

En realidad, como se enfatiza en otros versículos "–Sí, solían decir: “Si tuviéramos" alguna amonestación… (Corán, 37:167-68)–, los materialistas siempre tienen alguna excusa para oponerse a la verdad. Es decir, esos versículos nos están diciendo, con términos alusivos, que los darwinistas también saben cuál es la verdad:

Pero no creen en ella (es decir, en la Amonestación de Dios). Van a ver… (Corán, 37:170)

Déjales que coman y que gocen por breve tiempo. Que se distraigan con las (falsas) esperanzas. Van a ver… (Corán, 15:3)

...para terminar negando lo que les hemos dado. Que gocen por breve tiempo. Van a ver…(Corán, 29:66)

Nebraska man

LOS EVOLUCIONISTAS DESCRIBIERON EL DIENTE DE CERDO COMO UNA PARTE FOSIL DEL “HOMBRE DE NEBRASKA”
Fairfield Osborn, director del Museo Norteamericano de Historia Natural, declaró en 1922 que había encontrado un molar fósil en el oeste de Nebraska, cerca de Snake Brook, del Período Plioceno, con rasgos comunes al ser humano y al mono. Pasó a ser denominado “Hombre de Nebraska” e inmediatamente se le dio un nombre científico, es decir, Hesperopithecus haroldcooki. Basándose en este solo diente fósil, se dibujaron la cabeza y el cuerpo de esa supuesta persona. Incluso, fue representada en un medio natural constituyendo un grupo familiar, con su mujer e hijos. Pero en 1927 se encontraron otras partes del esqueleto al que correspondía esa pieza dental, y se descubrió que ésta no era de un ser humano ni de un mono. Se comprobó que pertenecía a una especie extinta de cerdo salvaje norteamericano, llamado Prosthennops.

Nosotros tenemos la esperanza de que llegará el momento en que los darwinistas abandonarán su obstinada falta de lógica y aceptarán la realidad que todos pueden ver con gran claridad. La verdad revelada por la ciencia es que la teoría de la evolución es errónea y que lo viviente, junto con el resto del universo, es creación de Dios.

También el conjunto de los fósiles, algunos de los cuales presentamos en este libro, resultan pruebas importantes de la creación de Dios. En distintos versículos coránicos se hace saber que por encima y por debajo de la superficie terrestre existen evidencias de la realidad de la creación. Por ejemplo, Pasáis, sí, sobre ellos… (Corán, 37:137).

Con toda probabilidad, el versículo antes mencionado se refiere a los fósiles que yacen enterrados y que manifiestan la verdadera historia de la vida. Son incontables los especímenes que muestran que lo seres vivientes nunca sufrieron evolución alguna desde que aparecieron en el planeta, en el transcurso de millones de años. Es decir, se constata que se originaron completamente formados y sin tacha. En otras palabras, que fueron creados.

Todos ellos son la manifestación de la grandeza y poderío de Dios, Quien los ha creado de la forma más apropiada. Frente a esta realidad, el ser humano debería recurrir sin ambages a su razón y conciencia y reflexionar sobre la creación del universo por parte de una sabiduría omniabarcante y concluyente, debería ser agradecido con Dios, nuestro Señor, y debería servirle de la mejor manera posible.

Dios es creador de todo y vela por todo. Suyas son las llaves de los cielos y de la tierra. Los que no crean en los signos de Dios, ésos serán los que pierdan. (Corán, 39:62-63)